La masterización es un tratamiento imprescindible que se ha de realizar a todo material sonoro que vaya a ser editado de forma profesional, en el mercado de la música o de audio para imagen (vídeo, cine o dvd).
Sumado a esto, el proceso busca también aportar un plus en cuanto a profundidad y claridad de sonido y, en algunos casos, un color particular.
Masterizar es sensiblemente más complejo que pasar el audio a través de un dispositivo hardware que “mejore” el sonido, o usar algún plug-in para ganar un poco de volumen y brillo.
Lejos de ello, la masterización comprende una cadena de procesos de carácter técnico y artístico donde el ingeniero, valiéndose de las herramientas y dispositivos adecuados (y sobre todo de sus oídos y experiencia!) escucha y analiza minuciosamente el material en busca de carencias o defectos, para luego trabajar sobre ellos.
Todas las mezclas necesitan, en mayor o menor medida, correcciones en este sentido.
También ha de trabajarse sobre la dinámica y la intensidad sonora tomando el material como un "todo" y, dentro de ese criterio, balancear y potenciar cada obra en sí misma.
El resultado de este trabajo es un material que sonará balanceado y “sin sorpresas” en variedad de medios y reproductores y que al final del proceso habrá ganado intensidad sonora, calidez, calidad y, sobre todo, musicalidad.
